Dimora Donna Rita

Dimora Donna Rita combina el encanto de una villa señorial salentina con la comodidad de una atención cuidada y familiar. Antiguamente refugio veraniego de los notables de Lecce, hoy es una residencia restaurada con esmero, rodeada de un olivar de más de trescientas plantas que envuelven la propiedad en una auténtica y regeneradora tranquilidad. El muro perimetral conserva una atmósfera íntima, mientras que el acceso fácil desde la Tangencial permite llegar a ella sin complicaciones en coche. Para quienes viajan en avión, tren o autobús, hay un servicio de recogida disponible, y también se organiza, a petición, el alquiler de coches en colaboración con una empresa local.

Los interiores cuentan una historia de cuidado: habitaciones acogedoras, techos característicos y detalles que evocan la elegancia de las antiguas casas de campo. La estructura acoge a los huéspedes con tres habitaciones, cada una con baño privado y comodidades diseñadas para una estancia confortable, además de un estudio independiente ideal para aquellos que buscan mayor autonomía.

Lo que hace especial a la Dimora es, sobre todo, Loredana, hija de Donna Rita, quien ha transformado su profundo vínculo con Lecce en un proyecto de vida. Crecida entre los veranos salentinos, conoce el territorio con cariño y experiencia, y acompaña a los huéspedes con recomendaciones personalizadas, sugiriendo lugares, experiencias y rutas enogastronómicas a medida. A petición, organiza cenas de degustación que realzan los sabores locales y la cocina tradicional, pensadas como un momento de convivencia para disfrutar en casa, en un ambiente acogedor y cuidado.

El día comienza con un desayuno preparado con esmero: dulces caseros, fruta fresca, yogur, mermeladas, pan crujiente y, a solicitud, una opción salada con quesos locales, huevos y productos de la región. Se atienden todas las necesidades alimentarias con disposición. Es un momento lento y placentero que introduce a los ritmos relajados de la Dimora.

La zona exterior invita a la relajación entre el susurro de los olivos, con rincones sombreados donde leer o simplemente descansar, y una piscina con hidromasaje que hace que la estancia sea aún más placentera, especialmente durante las horas más cálidas.

La ubicación permite disfrutar del Salento con facilidad. El centro histórico de Lecce está a pocos minutos y ofrece su patrimonio barroco, talleres artesanales y las vibrantes atmósferas de sus callejones. El territorio circundante está repleto de pintorescos pueblos, tradiciones arraigadas y rutas entre viñedos, almazaras y masserias. Las playas de arena del Adriático se alcanzan en unos veinte minutos, mientras que las aguas más tranquilas del Jónico están un poco más lejos.

El campo que rodea la Dimora es su corazón palpitante: un paisaje amplio, lleno de luz, silencio y colores que cambian a lo largo del día. Es un lugar donde redescubrir el tiempo y el espacio, ideal para quienes desean explorar el Salento desde un refugio tranquilo y acogedor, donde cada detalle está pensado para que los huéspedes se sientan como en casa.