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El pueblo de Abatemarco, situado entre las suaves colinas del Parque Nacional del Cilento, ofrece una atmósfera auténtica y tranquila, alejada del bullicio de la ciudad. Ubicado a 450 metros sobre el nivel del mar, mantiene el encanto de antaño, con sus calles serenas, casas de piedra y un ritmo de vida marcado por la naturaleza. Aquí, el tiempo parece detenerse, permitiendo disfrutar plenamente de la belleza del paisaje y de la hospitalidad sincera de sus habitantes.
A pesar de su tamaño reducido, el pueblo cuenta con buenos servicios: dos tiendas de comestibles garantizan la disponibilidad de productos frescos, mientras que el bar se convierte en un punto de encuentro para la comunidad local y los visitantes. La panadería del pueblo es una verdadera institución, famosa por su pan recién horneado, pizzas cocidas al horno de leña y especialidades de rosticería, ideales para degustar la tradición gastronómica cilentana.
La ubicación es perfecta para explorar los alrededores. A poca distancia se encuentran algunas de las playas más hermosas de Campania, accesibles en unos 20-25 minutos a través de la carretera rápida “Cilentana”. Palinuro, con sus grutas marinas y aguas cristalinas, Marina di Camerota, con sus encantadoras calas, y Scario, una pequeña joya frente al mar, son solo algunos de los destinos de fácil acceso.
Además del mar, el Cilento ofrece un patrimonio cultural y natural extraordinario. Muy cerca se pueden visitar la Certosa de Padula, uno de los monasterios más imponentes de Europa, las excavaciones arqueológicas de Velia, antigua ciudad de la Magna Grecia, y la oasi WWF de Morigerati, un área protegida de gran atractivo con senderos inmersos en la naturaleza. Durante los meses de verano, la zona se anima con festivales y celebraciones populares, ocasiones perfectas para descubrir la cocina local y las tradiciones de la región.
Abatemarco es la elección ideal para quienes desean unas vacaciones entre el mar y la montaña, en un entorno auténtico y alejado del turismo masivo. Un lugar para relajarse, redescubrir el placer de las cosas simples y dejarse seducir por la belleza intemporal del Cilento.
*Distancias a vista de pájaro