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Castellaro Lagusello es un pequeño pueblo fortificado que se encuentra entre la historia y la naturaleza, enclavado en las suaves colinas morenicas al sur del Lago de Garda. Desde 2002 forma parte de la ruta de los Pueblos Más Bellos de Italia, ha sido galardonado con la Bandera Naranja del Touring Club Italiano y reconocido como sitio palafítico de la Unesco en 2011, siendo un raro ejemplo de armonía entre patrimonio histórico, paisaje y tradición rural.
El centro histórico, rodeado por una muralla medieval con merlones guelfos, conserva intactas las evocaciones del pasado: la Torre del Reloj, la iglesia barroca de San Nicolás, el castillo del siglo XIII y el palacio de los marqueses Taccoli cuentan siglos de historia y dominaciones. Caminar por sus calles empedradas significa sumergirse en una atmósfera de otros tiempos, donde el silencio solo es interrumpido por el canto de los pájaros o el repique de la campana.
Uno de los elementos más icónicos del pueblo es el pequeño lago en forma de corazón, de origen morenico, que refleja el perfil de las murallas y ofrece vistas poéticas en cada estación. Alrededor del pueblo se extiende una reserva natural protegida, rica en biodiversidad, donde serpentean senderos ideales para paseos, excursiones en bicicleta o simplemente para disfrutar del ritmo pausado del campo.
El territorio está salpicado de pueblos históricos y lugares de interés artístico y cultural como Borghetto sul Mincio, Cavriana, Solferino y San Martino della Battaglia, todos de fácil acceso. También se encuentran cerca el Parque Jardín Sigurtà y los principales parques temáticos del Garda, que ofrecen diversión para todas las edades.
La ubicación es estratégica: en menos de media hora se pueden alcanzar Mantua, Verona y Brescia, ciudades ricas en historia, arte y sabores. Las estaciones de tren de Desenzano y Peschiera del Garda permiten además desplazarse cómodamente hacia Venecia o Milán.
Castellaro Lagusello es un lugar donde el tiempo se ralentiza, donde cada rincón cuenta una historia y donde la naturaleza y el ser humano parecen convivir en perfecto equilibrio. Ideal para quienes buscan paz, autenticidad y belleza.
*Distancias a vista de pájaro