Il Casale di Luna

¡Hola, soy Rita & Libero

Los encargados del Casale di Luna son Rita y Libero, una pareja que decidió dejar la vida urbana para abrazar la tranquilidad y la belleza de la Maremma. Desde siempre apasionados por la hospitalidad, han creado un proyecto que combina una acogida auténtica, amor por la naturaleza y atención a la calidad. Con esmero y dedicación, cuidan de sus huéspedes, ofreciendo una recepción cálida y familiar, en un entorno que refleja su estilo de vida sencillo y genuino. Su presencia atenta pero discreta hace que cada estancia sea serena y relajante, brindando la sensación de estar verdaderamente en casa.

• +39

• Sitio Web

mapa

Zona Campagna

La zona que rodea Il Casale di Luna es una de las más encantadoras de la Maremma Toscana, una región que ha mantenido intacta su esencia rural y su patrimonio histórico. Poggio Capanne, el pequeño pueblo donde se ubica la estructura, se eleva sobre el valle termal de Saturnia, ofreciendo vistas espectaculares hasta el mar del Argentario, que se puede vislumbrar en el horizonte en días despejados. Los atardeceres aquí son un verdadero espectáculo natural, que tiñen el paisaje con tonos cálidos y envolventes.

A tan solo 4 km se encuentran las famosas Cascadas del Mulino, donde las aguas sulfurosas fluyen en bañeras naturales de travertino, creando uno de los lugares termales más impresionantes de Europa. No muy lejos, el pueblo de Saturnia también ofrece la oportunidad de acceder al cercano parque termal, para momentos de puro relax en un entorno de bienestar.

La región está salpicada de encantadores pueblos históricos como Montemerano, considerado uno de los más bellos de Italia, con sus calles empedradas, plazas acogedoras y antiguas iglesias decoradas con frescos. Otros lugares como Pitigliano, Sovana y Sorano completan un itinerario ideal entre toba, medievalismo y la gastronomía local. Cada pueblo guarda historias milenarias, vestigios etruscos y una cocina auténtica que resalta los productos de la tierra.

Para los amantes de la naturaleza, las opciones son diversas: excursiones al Monte Amiata, entre bosques centenarios y paisajes montañosos, o paseos hacia el promontorio del Argentario, con sus calas escondidas, puertos y vistas del Archipiélago Toscano. En esta parte de la Toscana, la experiencia es auténtica, nunca masificada, y invita a un turismo pausado, lleno de descubrimientos íntimos y atmósferas genuinas.