Affittacamere Villa Molinello

En el corazón verde de la Romagna, Villa Molinello recibe a sus visitantes en una antigua casa de piedra que data de 1820, meticulosamente restaurada para respetar las formas originales y las tradiciones arquitectónicas rurales. Ubicada a pocos kilómetros de Dovadola, en un valle tranquilo y exuberante, la villa conserva intacta el alma auténtica del campo, ofreciendo una estancia que combina elegancia, sencillez y calidez familiar.

La casa, distribuida en dos plantas, cuenta con espacios acogedores, amplios salones, una cocina amigable y zonas diseñadas para el descanso. Las tres habitaciones, luminosas y decoradas con buen gusto, disponen de baño privado y chimeneas de piedra, creando un ambiente cálido y encantador. Los huéspedes podrán disfrutar de total autonomía durante su estancia, teniendo a su disposición las llaves de la propiedad.

En el exterior, un parque centenario rodea la finca, garantizando privacidad y tranquilidad. A pocos pasos fluye el río Montone, antiguamente conocido como Casatico, que invita a momentos de relajación entre pozas naturales y pequeñas cascadas. Villa Molinello también es el punto de partida ideal para excursiones en bicicleta eléctrica, senderismo entre pueblos antiguos y bosques, actividades de pesca o búsqueda de setas y trufas, así como experiencias de avistamiento de ciervos en la temporada adecuada.

El desayuno, incluido en la estancia, se sirve en la despensa interna y ofrece una selección de productos frescos y locales. En ciertas épocas del año, previa reserva, también es posible disfrutar de aperitivos o cenas exclusivas para los huéspedes.

La villa es también un lugar ideal para la organización de eventos privados y bodas en un entorno íntimo y exclusivo. Los espacios exteriores pueden ser adaptados a medida, con la opción de contratar un servicio de catering de confianza para personalizar cada detalle.

Villa Molinello ha pertenecido durante generaciones a la familia Guidi, cuya historia se remonta a la memoria de Luigi Guidi, nacido en 1848. Hoy en día, Andrea recibe a los huéspedes con dedicación y pasión, acompañado de sus inseparables Gildo, Gedeone y Artù, que son un burrito, un ganso y un perro de la casa, respectivamente. Su hospitalidad sincera, junto a la belleza atemporal del lugar, convierte cada estancia en una experiencia envolvente, entre naturaleza, historia y tradiciones.