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La región donde se encuentra Villa Naumanni es un rincón poco conocido pero extraordinariamente rico en belleza, biodiversidad e historia. Localizada entre los Montes de la Tolfa y las colinas de la Baja Maremma, a lo largo del río Mignone, esta campiña laziale ofrece paisajes suaves y ondulados, campos cultivados que se alternan con manchas de vegetación silvestre, profundos silencios interrumpidos solo por el canto de los pájaros y cielos amplios que invitan a la calma.
El área es un paraíso para los amantes de la naturaleza: aquí se pueden encontrar senderos ideales para caminar, montar en bicicleta o a caballo, así como una alta concentración de fauna salvaje, destacando numerosas especies de rapaces. En particular, el Valle del Mignone es actualmente uno de los pocos hábitats italianos del halcón de Eleonora, una especie migratoria protegida que ha elegido esta zona para anidar. Esto ha atraído a lo largo de los años a fotógrafos de naturaleza, observadores de aves y entusiastas de la ornitología de toda Europa.
A poca distancia de Villa Naumanni se halla Tarquinia, la ciudad etrusca por excelencia, que forma parte del patrimonio mundial de la UNESCO. Su centro histórico, rodeado de torres medievales y murallas imponentes, alberga el Museo Nacional Etrusco y la necrópolis de Monterozzi, famosa por sus tumbas decoradas con frescos. Pero Tarquinia no es solo arqueología: también es mar, con playas aptas para familias, establecimientos de playa y locales en el paseo marítimo.
La ubicación estratégica permite acceder fácilmente a Viterbo con sus termas, el puerto de Civitavecchia para posibles excursiones en ferry y, en menos de una hora, al aeropuerto internacional de Fiumicino o a la ciudad de Roma, ideal para una excursión cultural de un día.
Finalmente, la zona es perfecta para quienes buscan un turismo lento y consciente, caracterizado por pequeños pueblos, mercados agrícolas, bodegas, productos típicos y personas que aún viven en armonía con los ritmos de la tierra. Un destino que sorprende a quienes lo descubren, ofreciendo experiencias auténticas y paisajes que perduran en el corazón.
*Distancias a vista de pájaro