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Tuttaterra está ubicado en un lugar privilegiado, en el corazón de las Marcas, lo que permite explorar fácilmente algunas de las localidades más fascinantes y auténticas de la región. Serra San Quirico, el pueblo que alberga la estructura, es una pequeña joya perfectamente conservada, donde el arte, la historia y la arquitectura se entrelazan en una atmósfera que parece suspendida en el tiempo.
En los alrededores se extiende un territorio lleno de sorpresas, entre ciudades artísticas y pueblos medievales. Fabriano, famosa por su tradición papelera, da la bienvenida a los visitantes con sus museos y antiguas tiendas. Jesi, ciudad natal de Federico II, ofrece un viaje a la historia entre palacios y plazas elegantes. Otros destinos como Cingoli, conocido como el "balcón de las Marcas", San Severino, Osimo, Arcevia y Sassoferrato guardan valiosos tesoros artísticos y una cálida hospitalidad.
No muy lejos se encuentra el espectáculo de las Grutas de Frasassi, uno de los complejos kársticos más impresionantes de Europa, que deja sin aliento por la grandiosidad de sus cavidades naturales. Aquí, la naturaleza es protagonista, con suaves montañas y colinas que brindan vistas sugestivas y rincones escondidos por descubrir. Pequeños pueblos como Precicchie, Poggio San Vicino y Elcito cuentan historias antiguas, mientras que lugares como Pian dell’Elmo y el Faggeto de Canfaito invitan a perderse entre bosques centenarios y panoramas encantadores.
Las invitaciones del agua no faltan, entre el lago de Castreccioni, las cascadas de Cingoli y el río Esino, que acompaña al viajero con su sinuoso recorrido a través del campo marchigiano. La zona es perfecta para los amantes de las actividades al aire libre, con numerosos senderos para recorrer a pie o en bicicleta, inmersos en la naturaleza.
En poco más de media hora se llega también al mar, con el promontorio del Monte Conero que ofrece playas sugerentes y vistas impresionantes. Ancona invita a un paseo entre historia y cultura, mientras que la Santa Casa de Loreto recibe a los peregrinos. Senigallia, con su famosa playa de terciopelo y los numerosos eventos que animan el verano, completa el abanico de experiencias.
Este rincón de las Marcas sabe sorprender y conquistar con su variedad de paisajes y emociones, dejando en quienes lo visitan el anhelo de regresar para encontrar ese pedazo de corazón que, inevitablemente, quedará guardado entre estas colinas.
*Distancias a vista de pájaro
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