La Casetta di Eli

¡Hola, soy Eliana

Me llamo Eliana y resido con mi esposo Giancarlo y nuestras hijas, Ilaria y Valentina, en este pequeño pueblo rodeado de las colinas de las Langhe. Después de años deseando una vida más cercana a la naturaleza, hemos hecho realidad nuestro sueño al mudarnos aquí, donde también dirigimos un acogedor B&B familiar. Nos encanta compartir con los huéspedes la tranquilidad de este lugar y siempre estamos dispuestos a ofrecer recomendaciones sobre rutas, degustaciones y lugares por descubrir. Nos encantaría recibirles con sencillez, calidez y una sonrisa genuina.

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Zona Collina

La zona donde se ubica nuestra casa es un rincón auténtico de las Langhe, rodeado de un paisaje de colinas salpicado de viñedos, avellanares y antiguos pueblos de piedra. Estamos en Roddino, un pequeño pueblo que aún conserva la atmósfera tranquila y genuina del campo piemontés, alejado del turismo masivo pero muy cerca de centros de gran interés cultural y gastronómico.

A pocos kilómetros se pueden visitar localidades famosas como Monforte d'Alba, Serralunga, Barolo, La Morra y Alba, todas reconocidas como parte del patrimonio de la UNESCO por su valor paisajístico y por la tradición vinícola que las caracteriza. En estas áreas se encuentran algunas de las bodegas más renombradas de Piamonte, ideales para quienes desean participar en tours gastronómicos explorando grandes vinos como el Barolo, el Dolcetto y el Nebbiolo, acompañados de productos típicos y recetas locales.

El territorio también es perfecto para los amantes de la naturaleza y la actividad física: senderos panorámicos para el senderismo y rutas ciclables se extienden entre las hileras de viñas y las colinas, ofreciendo vistas inolvidables en cada estación. En los meses de otoño, las colinas se tiñen de colores cálidos y atraen visitantes de todo el mundo para la temporada de trufas, especialmente la blanca de Alba, que es la protagonista indiscutible de ferias y mercados locales.

La ubicación apartada de nuestra aldea permite disfrutar de un silencio regenerador, pero al mismo tiempo facilita el acceso a restaurantes, agriturismos y pequeñas tiendas artesanales donde se puede respirar la autenticidad del lugar. Aquí, cada día transcurre lentamente, al ritmo de la naturaleza, ofreciendo una experiencia de estancia profunda y auténtica, llena de paisajes, sabores y encuentros sinceros.