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La Alta Langa es la parte más auténtica y salvaje de las Langhe, un territorio montañoso que se extiende entre los valles del Bormida y del Belbo, caracterizado por bosques, plantaciones de avellanos y pequeños pueblos medievales que parecen detenidos en el tiempo. Aquí, el paisaje es más agreste y menos urbanizado que en la baja Langa, ofreciendo vistas naturales de gran belleza y un ritmo de vida pausado, ideal para quienes buscan tranquilidad y conexión con la naturaleza.
Las colinas están surcadas por numerosos senderos panorámicos, perfectos para caminatas a pie, trekking y rutas en bicicleta. La zona es famosa por el cultivo de la avellana Tonda Gentile delle Langhe, considerada la mejor del mundo y celebrada cada año en la histórica Feria de las Avellanas de Cravanzana. También hay viñedos y bodegas donde se producen vinos de alta calidad como Barolo, Barbaresco y Dolcetto, mientras que las cercanas ciudades de Alba y Barolo conservan un rico patrimonio cultural y gastronómico relacionado con la trufa blanca y la cocina tradicional piemontesa.
La Alta Langa es también tierra de castillos, torres e iglesias románicas que salpican el paisaje, brindando atmósferas románticas y escenarios ideales para quienes aman la historia y el arte. Su ubicación estratégica permite acceder fácilmente tanto a las playas de arena del Mar de Liguria como a las renombradas colinas vinícolas del bajo Piamonte, patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Entre naturaleza virgen, sabores auténticos y paisajes impresionantes, esta región representa un destino ideal para quienes desean descubrir un Piamonte genuino, alejado de las rutas turísticas más concurridas, donde cada pueblo tiene una historia que contar y cada experiencia está profundamente ligada a la tradición local.
*Distancias a vista de pájaro