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Carranco se ubica en la ladera noreste del Etna, dentro del territorio de Castiglione di Sicilia, en una de las zonas más cautivadoras y auténticas de la región. Este pequeño rincón de Sicilia es un lugar privilegiado donde se encuentran la fuerza de la naturaleza volcánica, la tranquilidad de los paisajes rurales y la riqueza de la tradición agrícola y vitivinícola.
La altitud, el clima y la composición del suelo, en gran parte de origen volcánico, hacen que esta área sea particularmente adecuada para el cultivo de la vid y el olivo. Las viñas que rodean Carranco forman parte de la prestigiosa Denominación de Origen Controlada (DOC) del Etna, donde se producen vinos minerales, elegantes y profundamente conectados con el territorio. Las estaciones se marcan por los ritmos del campo y los intensos colores que cambian constantemente: el negro de la lava, el verde de las hileras de vides, el blanco de la nieve en el Etna, hasta el oro de las extensiones de trigo en verano.
El paisaje está dominado por la presencia del volcán, siempre visible y sorprendente, que ofrece escenarios diferentes a cada hora del día y de la noche. A pocos minutos se encuentran las Gole dell’Alcantara, espectaculares cañones naturales formados por el agua en el basalto, donde se puede caminar, hacer senderismo o sumergirse en las frescas aguas del río. Castiglione di Sicilia, con su casco histórico medieval y las bodegas excavadas en la piedra, ha sido incluido entre los pueblos más bonitos de Italia, mientras que Randazzo conserva valiosos monumentos de piedra volcánica y una fuerte identidad local.
Carranco también es una base ideal para explorar los alrededores: en menos de 40 minutos se llega a Taormina, con sus antiguos teatros y boutiques frente al mar, y a las playas de Giardini Naxos. No muy lejos se halla el Golf Club Il Picciolo, para quienes buscan una experiencia deportiva exclusiva, y el Parque del Etna, perfecto para excursiones entre cráteres, bosques y paisajes lunares.
En este tramo de Sicilia, el tiempo parece ralentizarse, y la naturaleza, la historia y el vino se convierten en los verdaderos protagonistas de cada experiencia. Carranco es más que un lugar: es una invitación a redescubrir el valor del silencio, la autenticidad y la belleza primordial.
*Distancias a vista de pájaro