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La Val Graziosa, el corazón verde de Toscana, se extiende al pie de los Montes Pisani, entre suaves laderas cultivadas de olivos y antiguos pueblos que narran siglos de historia. Esta valle, que rodea el municipio de Calci, recibe su nombre por su forma armoniosa y la riqueza natural que la define, brindando paisajes intactos, tranquilos y genuinos. El clima templado y la favorable orientación han convertido a lo largo del tiempo a esta región en un lugar ideal para el cultivo del olivo, como lo evidencian las centenarias terrazas de piedra seca que aún hoy perfilan el paisaje.
Calci conserva un alma antigua y una fuerte identidad cultural, reflejada en la majestuosa Certosa Monumentale, una de las más importantes de Italia, que actualmente alberga el Museo de Historia Natural de la Universidad de Pisa, con colecciones que abarcan desde la mineralogía hasta la paleontología. Caminar por el pueblo, entre calles empedradas, pequeñas tiendas y vistas al verdor, ya es en sí mismo una experiencia revitalizante.
Los Montes Pisani que rodean la valle ofrecen una densa red de senderos, que se pueden recorrer a pie, a caballo o en bicicleta de montaña, aptos tanto para excursionistas experimentados como para quienes buscan caminatas sencillas en la naturaleza. Desde las crestas, se disfrutan vistas espectaculares que se extienden hasta el mar, atravesando bosques, ruinas medievales, ermitas y pequeños santuarios escondidos en la tranquilidad de la montaña.
No faltan experiencias más aventureras como la escalada en las paredes de Buti, excursiones en parapente o vuelos en globo aerostático, para contemplar la valle desde lo alto en toda su belleza. A poca distancia se encuentran también las Termas de San Giuliano, ideales para momentos de bienestar y relajación.
Gracias a su ubicación estratégica, desde Calci es fácil acceder a las principales ciudades de arte toscanas: Pisa está a solo 12 km, Lucca a 24 km, y en poco más de una hora se llega a Florencia, Siena, Volterra, San Gimignano o Livorno. En verano, es posible alternar las excursiones culturales con un día de playa, eligiendo entre las playas naturales de Marina di Vecchiano, Calafuria o la animada costa versiliana.
La Val Graziosa es así: auténtica, variada, tranquila pero llena de vida, capaz de ofrecer a los viajeros un ritmo diferente, hecho de belleza simple y cotidiana, sumergidos en un paisaje que sabe emocionar sin artificios.
*Distancias a vista de pájaro