Agriturismo Florandonole

El Agriturismo Florandonole se ubica en Fai della Paganella, un pintoresco pueblo trentino situado en la meseta que domina el valle del Adige y mira hacia las Dolomitas de Brenta. Construido siguiendo los principios de la bioarquitectura y el diseño alpino contemporáneo, combina el calor de la madera antigua y de los tejidos naturales con espacios íntimos y cuidados, pensados para acoger a pocos huéspedes en un ambiente familiar. Las seis habitaciones, cada una con su propio carácter, ofrecen vistas impresionantes de las montañas circundantes y acceso directo al jardín o a terrazas panorámicas, ideales para momentos de relajación.

Cada mañana, el día comienza con un abundante desayuno elaborado con productos frescos: miel de producción propia, mermeladas caseras, jugos de fruta, dulces artesanales, yogurt, leche fresca de las granjas cercanas y otras especialidades típicas de Trentino. Durante la temporada estival, el desayuno también se sirve al aire libre, y se presta especial atención a los huéspedes con necesidades alimentarias específicas. En la pequeña tienda del establecimiento, también es posible adquirir miel y otros productos de la granja.

Lucia, la anfitriona, recibe a los huéspedes con pasión y disposición, lista para recomendar excursiones de verano e invierno, actividades al aire libre, tratamientos termales o agradables paradas en los centros de bienestar cercanos. El agriturismo no cuenta con restaurante, pero está rodeado de locales típicos donde se puede degustar la cocina trentina, que los gestores sabrán indicar según los deseos de cada huésped.

El entorno natural es una parte integral de la experiencia: la Paganella con sus panoramas de 360 grados, los senderos que atraviesan bosques y prados, el Parque Natural Adamello Brenta, los lagos alpinos y las pistas de esquí que en invierno atraen a deportistas de todo el mundo. Cada estación ofrece un rostro diferente, desde la explosión de colores de la primavera hasta el silencio blanco del invierno. Alojarse en Florandonole significa vivir una conexión auténtica con la naturaleza trentina, entre aromas de madera y miel, silencios montañosos y pequeños detalles que hacen que la estancia sea memorable.