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La casa de huéspedes Li Tzatagni se ubica en el corazón del Valle de Champorcher, en la pequeña aldea de Châteigne, un auténtico pueblo montañés donde parece que el tiempo se ha detenido. Este rincón apartado de la baja Valle de Aosta conserva intacto el encanto de sus orígenes rurales, inmerso en una naturaleza exuberante y protegida, compuesta por bosques centenarios, castaños monumentales y antiguos terrazos que narran historias de vida campesina.
La ubicación es perfecta para quienes desean experimentar la montaña en su forma más auténtica, lejos de las rutas turísticas más concurridas. Pontboset, con sus puentes de piedra sobre el torrente Ayasse y sus estrechas calles empedradas, es el primer pueblo del valle y representa la puerta de entrada a un territorio por explorar. Desde aquí se extienden numerosos senderos adecuados para todos los niveles de experiencia, que atraviesan bosques vírgenes, praderas y antiguos pueblos, ofreciendo vistas panorámicas del valle y de las cumbres circundantes.
A pocos minutos de Li Tzatagni se encuentra el Parque Natural del Mont Avic, la primera área protegida de la región, un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo. El parque alberga una extraordinaria biodiversidad, con lagos alpinos de aguas cristalinas, turberas y una rica variedad de fauna y flora. Cada estación ofrece colores y sensaciones diferentes, desde la florecimiento primaveral hasta los cálidos tonos otoñales, pasando por los paisajes nevados del invierno.
La zona también es un punto de partida ideal para descubrir la cultura y las tradiciones de la Valle de Aosta. A pocos kilómetros se pueden visitar castillos medievales, como el de Bard que domina la entrada del valle, y pequeños pueblos donde persisten antiguos oficios y saberes relacionados con la montaña. Los entusiastas del deporte encontrarán en las cercanías rutas para el senderismo, la escalada, el ciclismo de montaña y, en los meses de invierno, oportunidades para hacer raquetas de nieve y esquí de fondo.
No faltan las ocasiones para degustar la gastronomía local, con productos típicos de kilómetro cero y platos de la tradición que narran la historia de estas montañas. La proximidad al agroturismo Moulin des Aravis permite vivir una experiencia completa, entre naturaleza, cultura y sabores auténticos, descubriendo una Valle de Aosta menos conocida pero rica en encanto y autenticidad.
*Distancias a vista de pájaro