La Masseria Cinti está situada en una de las áreas más encantadoras del Salento, en el interior inmediato de Otranto, entre suaves colinas cubiertas de olivos centenarios y muros de piedra seca que relatan siglos de historia agrícola. Este territorio, suspendido entre el campo y el mar, conserva una esencia auténtica, moldeada por el sol, el viento y el esfuerzo humano.
A pocos kilómetros se extienden las famosas playas de Alimini, con arena clara y dunas que se alternan con frondosos pinares y aguas cristalinas. Un poco más allá se encuentran los Laghi Alimini y Fontanelle, reservas naturales de gran atractivo, perfectas para excursiones a pie, en bicicleta o a caballo. Los antiguos caminos que atraviesan el paisaje rural son hoy rutas ideales para quienes disfrutan del senderismo, el cicloturismo o la equitación, permitiendo experimentar la belleza del Salento lejos de los circuitos más concurridos.
Detrás de la costa, se despliega una red de masserias fortificadas, castillos, torres de vigilancia y santuarios que en su momento reflejaban la necesidad de proteger este rincón de Italia, entre Oriente y Occidente. Entre ellos destacan el Santuario de Montevergine, la gran finca de Torcito y los restos del castillo de Palmariggi, inmersos en un paisaje de rara armonía.
Otranto, accesible en pocos minutos, es el corazón palpitante de esta zona: el casco antiguo, con sus calles empedradas, la Catedral con su mosaico en el suelo y el Castillo Aragonés, se asoma a un mar turquesa que ha visto pasar comerciantes, viajeros y diversas culturas. Desde la Masseria Cinti se puede disfrutar de una vista panorámica que abarca todo esto: las colinas, los olivos, la costa y el intenso azul del Canal de Otranto, el punto más oriental de Italia.
Este rincón del Salento no es solo un destino de playa, sino un verdadero viaje a través de la historia, la naturaleza y las tradiciones más auténticas del sur.
*Distancias a vista de pájaro