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La zona de Castellana Grotte se encuentra a las puertas de la Valle de Itria, en un paisaje que combina olivares centenarios, viñedos, muros de piedra seca y extensiones de vegetación mediterránea. Es un territorio lleno de encanto, donde la naturaleza se entrelaza con la historia y las tradiciones rurales, creando un escenario auténtico y cautivador. La meseta calcárea en la que se asienta presenta tierras áridas y soleadas, perfectas para el cultivo del olivo, del cual se produce un aceite de oliva virgen extra intenso y afrutado, considerado una de las excelencias locales.
El núcleo urbano alberga un centro histórico repleto de callejuelas, placitas e iglesias que dan testimonio del pasado del pueblo. Sin embargo, la atracción más famosa son sin duda las Grutas de Castellana, un complejo kárstico de los más importantes de Italia: más de 3 km de galerías subterráneas adornadas con estalactitas, estalagmitas y cavidades espectaculares, entre las que destaca la impresionante "Grave", una profunda oquedad natural.
Castellana también actúa como una puerta de acceso privilegiada a los pueblos blancos de la Valle de Itria, como Alberobello, patrimonio de la humanidad de la UNESCO por su extraordinaria concentración de trulli, Locorotondo y Cisternino con sus casas encaladas, y Martina Franca con sus palacios barrocos. A poca distancia se encuentran también la costa y encantadoras localidades junto al mar, como Polignano a Mare con sus acantilados sobre el Adriático y Monopoli con su animado centro histórico y playas.
La diversidad de paisajes y atracciones hace que este territorio sea adecuado para todo tipo de viajeros: los amantes de la naturaleza pueden explorar senderos y campos, quienes buscan cultura pueden sumergirse en la historia de los pueblos y las masías, mientras que aquellos que desean relajarse pueden disfrutar del mar y de las tradiciones gastronómicas locales.
*Distancias a vista de pájaro