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La Valmarecchia es una tierra asombrosa, donde la naturaleza se manifiesta en toda su diversidad: desde las crestas rocosas hasta los bosques sombríos, pasando por las suaves colinas cultivadas y las vistas que se abren entre los campos y los olivares. Un paisaje cambiante y siempre armonioso, atravesado por una densa red de senderos bien señalizados, ideales para quienes disfrutan caminar, pedalear o montar a caballo rodeados de verde y tranquilidad.
A pocos kilómetros de aquí se encuentra el territorio de la Alta Valmarecchia, con sus antiguos pueblos, fortalezas y iglesias. San Leo destaca por su imponente fortaleza asociada a la figura enigmática del conde de Cagliostro. También están Pennabilli, Novafeltria, Casteldelci, Maiolo y Talamello: pequeños núcleos llenos de historia, arte y tradiciones, que narran las hazañas de las grandes familias de Montefeltro y Malatesta, en un fascinante entrelazado de cultura e identidad local.
La ubicación estratégica del Poggianino facilita el acceso a la costa de Romagna, con Rimini a solo 15 km y San Marino a 18 km. La república más antigua del mundo presenta un pueblo medieval perfectamente conservado, situado en el Monte Titano, donde pasear por callejones de piedra, museos, torres y paisajes que abarcan el mar y las colinas.
En las inmediaciones se encuentra Poggio Torriana, resultado de la unión de Poggio Berni y Torriana. Aquí se puede visitar el museo Molino Sapignoli, que preserva la memoria de la tradición olivarera local, o el famoso castillo de Azzurrina en Montebello, rodeado de leyendas y misterio. No hay que perderse tampoco la impresionante vista que se ofrece desde la fortaleza de Torriana, y el Castillo Marcosanti, otro importante ejemplo del dominio malatestiano sobre estas tierras, junto con el mismo Palacio del Poggiano.
La zona es un mosaico de rincones auténticos, perfecta para aquellos que buscan una experiencia de viaje lenta y profunda, entre naturaleza, historia y cultura.
*Distancias a vista de pájaro