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El territorio que rodea Cà del Buio es uno de los más fascinantes de Liguria, capaz de combinar la belleza del mar con la majestuosidad de las montañas y la riqueza de un patrimonio histórico milenario. Nos encontramos en Finalese, una región que narra más de 350.000 años de presencia humana, evidenciada por cuevas prehistóricas como Pollera, Edera y el sitio arqueológico de Pian Marino, lugares que todavía hoy atraen a espeleólogos y estudiosos de toda Europa.
El paisaje alterna bosques de encinas, olivares y terrazas agrícolas con acantilados de caliza que se han convertido en un destino internacional para los amantes de la escalada. Desde aquí se inician senderos que llevan a pueblos bizantinos, iglesias románicas y restos de fortificaciones medievales, como el Castel Gavone y el Forte San Giovanni. Los excursionistas encuentran una amplia red de rutas que conectan aldeas y alturas, ideales también para la bicicleta de montaña y el trail running.
A pocos minutos se encuentra Finalborgo, considerado uno de los pueblos más bellos de Italia, con sus murallas medievales, palacios renacentistas y el Museo Arqueológico del Finale, que alberga valiosos testimonios de la historia local. Un poco más allá, Varigotti y las playas de Finale Marina ofrecen otro rostro del territorio: arena dorada, mar cristalino y vistas impresionantes que combinan naturaleza y arquitectura ligur.
La zona también está llena de tradiciones gastronómicas. Además de la famosa focaccia ligur, se pueden degustar vinos locales como el Pigato y el Vermentino, el aceite de oliva virgen extra producido en las terrazas y las especialidades relacionadas con los presidi Slow Food de la región. Es un área que invita a moverse lentamente, alternando días de playa, deportes al aire libre y descubrimientos culturales, en un equilibrio raro entre naturaleza e historia.
*Distancias a vista de pájaro