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Sumergido en el corazón del Piceno, Castorano es una zona que fascina con su extraordinaria diversidad paisajística y su historia milenaria. Ubicado en la parte sur de las Marcas, en la frontera con Abruzzo, este rincón de Italia se extiende desde las misteriosas cumbres de los Montes Sibillini hasta las aguas del Adriático, atravesando colinas, valles y pueblos de belleza excepcional. Un lugar donde la naturaleza, la cultura y la tradición se entrelazan de manera armónica, ofreciendo una experiencia auténtica a quienes lo visitan.
El paisaje está marcado por cordilleras que descienden suavemente hacia el mar, separadas por valles surcados por ríos y torrentes. Aquí, entre olivares, viñedos y bosques exuberantes, se respira aún la atmósfera de antaño, cuando las comunidades rurales vivían en equilibrio con su entorno. A lo largo de los siglos, el ser humano ha moldeado este territorio con castillos, torres y murallas defensivas, que todavía hoy salpican las crestas y atestiguan las luchas entre las poderosas ciudades de Ascoli y Fermo por el control de la región.
Castorano forma parte del “Crinal de los Piceni”, un itinerario que se extiende por aproximadamente 40 kilómetros, ascendiendo por las colinas entre los valles del Tesino y del Tronto. Este recorrido atraviesa pueblos históricos como Acquaviva Picena, Offida y Castignano, todos conectados con el antiguo pueblo de los Piceni, que habitó estas tierras entre los siglos IX y IV a.C. Testimonios de su presencia emergen de los hallazgos arqueológicos encontrados en la zona, como la estela de Castignano, que data del siglo VII-VI a.C.
Durante la Edad Media, las alturas cercanas al mar se convirtieron en sede de asentamientos urbanos, construidos para escapar de las marismas de los valles y disfrutar de una ubicación estratégica y saludable. Castillos y pueblos fortificados surgieron a lo largo de las cordilleras, manteniendo su autonomía durante siglos y convirtiéndose hoy en destinos de gran interés histórico y cultural. Con la modernización del periodo de posguerra, la urbanización se extendió hacia los valles y la costa, impulsando una economía centrada en la manufactura y la agricultura. Aún hoy, la zona es famosa por la producción de vinos de alta calidad, entre los cuales se destaca el Rosso Piceno Superiore, que se puede degustar a lo largo de la ruta del vino que recorre el territorio.
Visitar el Piceno significa sumergirse en un viaje que sigue el natural entrelazado de crestas y valles, descubriendo un patrimonio compuesto de arte, paisajes y sabores auténticos. El Agriturismo Il Crinale se integra perfectamente en este contexto, promoviendo un turismo consciente que valora las riquezas históricas, naturales y enogastronómicas de la región. Ya sea explorando pueblos medievales, recorriendo senderos entre viñedos y olivares, o simplemente disfrutando del ritmo pausado del campo, el Piceno ofrece experiencias únicas e inolvidables.
*Distancias a vista de pájaro