La Casa degli Uccellini

Entre los bosques de fragno que rodean la Murgia pugliese, La Casa de los Pajaritos es un bio-agroturismo que narra una historia de amor por la tierra y sus tradiciones. Situada a 530 metros sobre el nivel del mar, en la localidad de ‘Serra del Porco’, esta antigua masía del siglo XIX ha sido restaurada con cuidado y respeto por sus propietarios, Marilù y Piero, quienes la han convertido en un lugar dedicado a la sostenibilidad, la agricultura ecológica y la hospitalidad auténtica.

Rodeada de pastos, cultivos y bosques centenarios, la finca se extiende por siete hectáreas de tierras vírgenes. Aquí, entre lentiscos, cistus, enebros y perales, se desarrolla una agricultura de secano, sin riego, que prioriza cultivares antiguos y variedades locales. Cada producto, certificado como orgánico, proviene de una cadena de suministro transparente y consciente, que respeta la estacionalidad y la calidad. Desde la sémola Senatore Cappelli hasta los garbanzos negros de la Murgia, pasando por las cicerchias y la harina de cebada, todo es resultado de un trabajo que respeta la tierra y su equilibrio natural.

La antigua masía alberga hoy tres acogedoras habitaciones, restauradas siguiendo los principios de la bioarquitectura, utilizando materiales naturales y mobiliario de madera con un toque rústico. Los espacios, como el Caseddone – un trullo de dos niveles con un tragaluz en la cúpula – o la Lamia con su amplia cocina y la chimenea, conservan el alma rural del lugar, brindando a los huéspedes una atmósfera cálida y auténtica. En el centro de la vida del agroturismo se encuentran la Corte, hoy un espacio para degustaciones y talleres, la cocina con vigas de madera y verduras colgadas para secar, y el Aia, que acoge eventos culturales y noches bajo las estrellas.

Cada mañana se sirve un desayuno preparado con ingredientes frescos y locales, entre los que se incluyen productos de panadería caseros elaborados con harinas de granos antiguos. Los huéspedes pueden recoger personalmente verduras y hierbas aromáticas en el huerto y participar en talleres culinarios guiados por Marilù, quien disfruta transmitiendo el conocimiento agrícola a través de la comida. La acogida también es cuidada por la pequeña Ninetta, quien entusiasma a los visitantes en su descubrimiento de la masía.

Pasar la noche en La Casa de los Pajaritos significa entrar en contacto con una realidad que preserva la memoria del territorio y la renueva cada día a través de gestos simples y auténticos. Ya sea disfrutando de las galletas de cebada, paseando por los campos, escuchando un concierto de verano o aprendiendo a hacer pan, cada experiencia es una invitación a la lentitud y a la maravilla.