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Altrocanto se encuentra en Farindola, un pequeño pueblo en Abruzzo situado en un espolón de colina que domina el valle del alto río Tavo, bajo la majestuosidad del Gran Sasso de Italia y la imponente cima del Monte Camicia. Estamos dentro del Parque Nacional del Gran Sasso y Monti della Laga, una de las áreas protegidas más extensas y hermosas de Europa, donde la naturaleza se revela en toda su diversidad con bosques, mesetas, manantiales, cañones y praderas que se entrelazan con antiguos pueblos y lugares de culto cargados de historia.
Farindola es conocida por su Pecorino, un producto Slow Food único en el mundo por su elaboración con cuajo de cerdo, una tradición que se ha transmitido a lo largo de generaciones y que es cuidada por las mujeres del lugar. La Casera Consortile, a pocos pasos de la estructura, ofrece la oportunidad de adquirir y conocer este producto de excelencia junto con otras especialidades locales.
La ubicación es ideal para los amantes del senderismo, paseos y actividades al aire libre. Desde los senderos que serpentean entre bosques y claros se pueden alcanzar lugares de rara belleza como el cañón del Vallone d’Angora, el salvaje Gravone y la meseta del Voltigno. A poca distancia se encuentra también el área faunística de Rigopiano, hábitat de rebecos, ciervos y otras especies típicas del Apennino, mientras que un poco más arriba se extiende la vasta meseta de Campo Imperatore, con sus impresionantes panoramas.
El territorio circundante está lleno de testimonios históricos y artísticos. Castillos, santuarios, abadías y antiguos eremitorios se alternan con pueblos de belleza excepcional como Penne, con sus ladrillos rojos y calles adoquinadas, Loreto Aprutino, famoso por su aceite y su casco histórico, y Castelli, conocida por su cerámica artística. También son de fácil acceso Castel del Monte, Calascio con su espectacular fortaleza y Santo Stefano di Sessanio, un auténtico tesoro medieval.
La cercanía con Pescara permite combinar el descubrimiento del interior con la posibilidad de pasar unas horas en el mar, entre playas equipadas, restaurantes de pescado y museos urbanos. Por lo tanto, Farindola es el punto de partida ideal para explorar el Abruzzo más auténtico, donde la naturaleza, la historia y las tradiciones coexisten en un equilibrio aún intacto.
*Distancias a vista de pájaro